domingo, 13 de marzo de 2016

La Virgen de los Sicarios.

La Virgen de los Sicarios.

Esta cita corresponde al narrador principal de esta historia. Nos habla de la ciudad de Medellín como una ciudad habitada por seres que no tienen futuro. Con “no tener futuro” nos referimos a no tener una vida segura o un respaldo que entregue certeza de seguridad.

 Es por las condiciones de la realidad que viven en Medellín, que adoptan, casi naturalmente una vida insegura y vaga que se configura básicamente en asesinatos, enfrentamientos violentos y una perspectiva miserable de la vida. ¿Por qué decimos miserable? Porque la vida de un sicario se reducía a asesinatos por encargo, muchas veces por traficantes. El tener que realizar el acto de matar por dinero y a “sangre fría”, sin ningún tipo de piedad o consideración, esto se sustenta y argumenta directamente con la siguiente cita del relato: “Lo que sea. Yo a este mamarracho lo quisiera matar”. “Yo te lo mato-me dijo Alexis con esa complacencia suya atenta siempre a mis más mínimos caprichos-. Déjame que la próxima vez saco el fierro” (Vallejo 25). 

Cuando en la cita, se nos habla de “vivos muertos”, que deben caminar por las calles de la ciudad como lo dice en la cita, se está haciendo referencia (principalmente) a los sicarios de Medellín y sus vidas muertas que deambulan por la ciudad, que deben ganarse la vida, día a día matando gente por encargo, esto se argumenta directamente con los siguientes dos fragmentos:”te voy a decir qué es un sicario: un muchachito, a veces un niño, que mata por encargo” (Vallejos 9). “Y un día, cuando más lo quería, cuando menos lo esperaba, lo mataron, como a todos nos van a matar”. (Vallejo 9). En este caso, las citas pertenecen al narrador refiriéndose a uno de sus amores “Alexis”, un joven sicario de 17 años que muere tras ser asesinado por un “ajuste de cuentas”, suceso común en Medellín, sobre todo para los sicarios. Tenían un azaroso destino, poniendo sus vidas a la suerte, con el simple hecho de poner un pie en la calle, por el hecho de pertenecer a esa vida, el futuro era incierto y riesgoso.

Cuando hablamos de “vidas muertas”, (volviendo al tema anterior) nos referimos prácticamente a vidas con un vacío, sin propósito final, los sicarios son conscientes (principalmente de corta edad) que pueden morir en cualquier momento producto de lo mismo que ellos causan en la sociedad, por un asesinato. Vidas sin amor propio, sin cuidado, exponiéndose a la muerte cotidianamente. Es así como la ciudad de Medellín representa el papel de ciudad “muerta”, inundada por la violencia, el tráfico y destinada a las innumerables muertes que ocurrían día a día.

2) En el relato, la vida religiosa se encuentra presente todo el tiempo, ya que, los sucesos van de la mano con un enfoque profundo a la vida creyente como forma de “auxilio” y escucha para la población de la ciudad y especialmente los sicarios, es así como se da la imagen de la Virgen “María Auxiliadora” como un símbolo espiritual para los sicarios de Medellín que abarcaba a gran parte de los habitantes. Esto se puede apreciar y por lo tanto, argumentar la idea anterior con la siguiente cita extraída de la novela:

”Entre la multitud anodina de de viejos y viejas busqué a los muchachos, los sicarios, y en efecto, pululaban. Esta devoción repentina de la juventud me causó asombro. Y yo pensando que la iglesia andaba en más bancarrota que el comunismo… Qué va, está viva, respira”. (Vallejo 15)

Desde un principio, se nombra la Iglesia como un componente importante y profundo para el narrador, junto con sus recuerdos de los pesebres que se instalaban en sus recuerdos, una imagen muy fuerte de la virgen, como “madre de todos”, además de las peregrinaciones todos los Martes, a las que asistía Fernando en diversas ocasiones.

Un punto importante sobre el tema de la vida religiosa dentro de la historia, es cuando se afirma que, Alexis, el enamorado del narrador, lleva colgados en su cuerpo tres escapularios como todos los sicarios, se supone, lo hacían. Uno en el cuello, otro en el antebrazo y otro en el tobillo, que son: uno para que les den el negocio, para no fallar la puntería y para que les paguen. Se puede mostrar como en este acto, se confía la suerte en la vida diaria del sicario en la ayuda de Dios para sus planes de la vida que llevaban, es así como se concebía la imagen de la religión para ellos.

Cuando hablamos de una relación entre la vida religiosa y la violencia dentro de la novela, podemos decir que se constituye principalmente por la imagen y concepto de ayuda y amparo que conciben los sicarios de Medellín de la Virgen, se crea un lazo muy fuerte de Fe, con relación a lo que ellos desean y anhelan para sus vidas, confiando sus deseos y experiencias como una señal de auxilio a la Virgen, quien sería un símbolo fundamental para los sicarios que se vieran envueltos por la iglesia. Este lazo, se crea a través de la oración. Esto se puede observar y sustentar del siguiente fragmento del relato, correspondiente a un momento de oración hacia la Virgen de parte del narrador:

“Virgencita niña, María Auxiliadora que te conozco desde mi infancia, desde el colegio de los salesianos donde estudié; que eres más mía que de esta multitud novelera, hazme un favor: Que este niño que ves rezándote, ante ti, a mi lado, que sea mi último y definitivo amor; que no lo traicione, que no me traicione, amén” (Vallejo 15).

Si bien, el fragmento no correspondía propiamente a la de un sicario (con respecto a la Fe de los sicarios, idea anterior), podemos apreciar la confianza que se le tiene a la Virgen con respecto a su auxilio y ayuda para los que creían en ella. En este caso, también se puede apreciar a Alexis en ese momento cuando rezaba a su lado. También, de todos modos, esto nos afirma y asegura la Fe que sostenía un sicario (Alexis) ante la Virgen al rezar con la misma convicción y fuerza que sostuviera en narrador en el fragmento.




Bibliografía:.

Vallejo, Fernando. La Virgen de los Sicarios. México D.F.: Punto de Lectura, 2015. Impreso

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