sábado, 12 de marzo de 2016

Depresión posparto: El drama que enfrentan más del 40% de las madres chilenas

La mayor cantidad de casos se registra en el sector socioeconómica bajo, que muestra una incidencia de la depresión en el puerperio de 41,3%.

El pasado fin de semana, la dramática muerte de una mujer con sus dos hijas pequeñas, luego que saltaran de un edificio en la Comuna de Estación Central, centró la discusión en las causas de tan lamentable decisión.
A juicio de algunos especialistas, la decisión de la mujer de 20 años puede haberse gatillado por un cuadro de depresión posparto. Una situación que tiene una alta prevalencia en el país.
De acuerdo con el “Protocolo de detección la depresión durante el embarazo y posparto y apoyo al tratamiento” elaborado por la Subsecretaría de Salud el año 2014 en nuestro país revela que durante el embarazo existe una prevalencia entre 16,7% y 32,2% de una sintomatología ansiosa o depresiva entre las mujeres embarazadas.
El mismo estudio demuestra que en el posparto el nivel de prevalencia de depresiones alcanza al 40,5% de las mujeres, las que registran síntomas de ansiedad o depresión. En esta misma línea, la mayor cantidad de casos se registra en el sector socioeconómica bajo, que muestra una incidencia de la depresión en el puerperio de 41,3%, mientras que entre las mujeres del sector socioeconómico alto llega al 27,7%.
Cifras que según la sicóloga de la Universidad San Sebastián, Ximena Rojas, no reflejan del  todo la realidad, porque mide la cantidad de mujeres que consultan por este tipo de trastornos en los sistemas de salud.
“Los datos estadísticos de repente son un poco engañosos porque esos son los datos que registran los sistemas de salud donde llega la gente a pedir ayuda. Tiene que haber un montón de otras mujeres que teniendo depresión posparto no van o no tienen un diagnóstico porque no recurren al sistema de salud”, sentencia la especialista.
¿Qué es la depresión posparto?
La depresión es un trastorno del humos y del estado de ánimo que se manifiesta a partir de una serie de síntomas que incluyen cambios bruscos del humor, irritabilidad, falta de entusiasmo y una sensación de angustia trascendiendo a lo que se considera como normal.
La sicóloga de la U. San Sebastián, Ximena Rojas, explica que la depresión y la depresión pos parto son prácticamente iguales y en la mayoría de los casos se presenta en personas que tienen estructuras de personalidad depresivas.
Sin embargo, la especialista aclara que producto de las alteraciones hormonales que sufre la mujer con el embarazo, este tipo de trastornos también pueden afectar a quienes nunca han mostrado aspectos depresivos.
“El embarazo y el parto son eventos en la vida que significan grandes cambios y todos estos cambios ya sea por eventos súper positivos o negativo siempre va a implicar una crisis. Las mujeres, después de tener a nuestros hijos nos transformamos en una mamadera y esa sensación es súper fuerte para una mujer”, agrega Rojas.
Tanto así que en algunos casos puede llevar a una decisión tan drástica como la de poner fin a su vida y a la de sus hijos. Eso sí, acota la profesional, estos casos son más comunes entre mujeres que en otras etapas de su vida han tenido ideas suicidas, “pero sí, una depresión posparto puede llevar al suicidio”.
Señales de alerta
La especialista explica una serie de rasgos en los que hay que fijarse para ayudar a evitar que los cambios de humos en una mujer con un hijo recién nacido desemboquen en una depresión mayor.
“Hay que estar atento cuando las madres muestran una sensibilidad frente a lo cotidiano que pasa más allá del límite que uno podría esperar”.
“También es común que sean muy aprensivas con sus guaguas, pero con reacciones desproporcionadas en relación a como es la persona en general”.
Otro aspecto que la especialista plantea al que hay que estar alerta es al hecho de que las mujeres prefieran mantenerse aisladas o generen un rechazo con sus hijos y con la gente que las rodea. 
“Hay mujeres que rechazan la maternidad y se cuestionan el porque tienen que atender a sus hijos”.

A eso hay que sumar los cambios de humos, similares a cualquier depresión, concluye la sicóloga.

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